domingo, 23 de octubre de 2011

Mi vida diaria

Vivo en una residencia rusa. Nunca oirás nada bueno de una residencia rusa pero la mía está bastante bien. Bastante nueva, bastante limpia y muy tranquila. Las habitaciones son de dos y tres personas. Yo estoy sola porque soy profesora. Mi habitación no es muy grande pero para una persona está muy bien, debería ser para dos y de hecho tengo dos camas. Mis amigas, que siempre me dan de cenar, viven las tres en una habitación bastante grande pero no sé dónde estudian porque solo hay una mesa. 
Los baños y la cocina son compartidos así como las duchas y el lavadero. Los baños son turcos como en todos los lugares públicos aquí. En un alarde de modernidad, a veces ponen baños europeos... pero entonces también ponen un escalón para que cada uno lo haga como quiera y es incómodo en cualquiera de las opciones. Todo se comparte por cada piso menos las duchas que son comunes a toda la residencia. Rara vez he coincidido con más de otra persona y muchas veces me ducho sola. 
No hay lavadora así que se lava a mano o te buscas amigos con lavadora para ponerla de vez en cuando porque no suele haber lavanderías en los alrededores (no entiendo porqué ya que mucha gente no tiene lavadora). 
La calefacción funciona perfectamente pero a veces las ventanas no cierran bien (como es mi caso). He tenido que pegar los bordes de las ventanas con papel para que no haya pequeñas corrientes heladas y en cuanto empiece a nevar le pondré doble capa a todo y no abriré la ventana hasta marzo (qué remedio). 

Mi cuarto

Mi nevera, me la dieron gratis y se cierra herméticamente.

El lavadero. La cocina es igual pero con cocinas de gas en vez de fregaderos.
El baño de mi residencia
El baño híbrido de mi facultad
Vivo a una media hora andando del centro así que todas las mañanas me hago mis treinta o cuarenta minutos de ejercicio para ir a clase y a veces incluso la vuelta. A veces tengo ganas de volver andando pero es de noche y no me acabo de fiar del camino a oscuras.

Patio de la guardería camino al centro de la Ciudad

El amor loco siempre está dentro de nosotros
Facultad de Economía y una carretera principal que está siendo reconstruida. Satisface mi curiosidad ver cómo se hace. 
En un día normal veo unos tres Lexus y otras marcas caras que no conozco. Ese día tocó Porsche. 
Frente a El centro comercial del centro, Kol'tsó, los asientos de culito y una calle principal.
Puerta de mi facultad (Pedinstitut). Aquí todo es bilingüe en este cartel pone Vhod (ruso)-Keru (tártaro), "Entrada".
Tengo una clase al día que dar y recientemente varias clases de ruso que recibir. Mi horario está muy lleno y el único día que no tengo nada que hacer es el domingo aunque el miércoles (de momento) está tranquilo. Me he apuntado a pilates, quiero ir a patinar y estoy teniendo muchos amigos de todas las nacionalidades posibles. Tengo tres grupos de español aparte de "La Escuela de Español" que son clases especializadas en el centro de español. Doy Dialectología, sociolingüística, civilización y español. Dos de los grupos son muy activos y participativos y por supuesto, todo chicas. Aquí los hombres no estudian idiomas por lo visto, solo tengo un chico en los tres grupos y tres chicos en la Escuela de Español. El otro grupo son más sosas pero estoy consiguiendo que reaccionen a mis payasadas, así que con un canto en los dientes. No hablan pero sonríen, es como hablar con los bebés. 
De todas formas, las clases en Rusia son de una informalidad tremenda. No tengo más de diez alumnas por clase, algunas se han ido de intercambio y las demás vienen cuando les place. En algunos casos, por no venir no vienen ni cuando tienen que presentar un trabajo. De eso ya me di cuenta cuando era alumna hace tres años. 

Mis clases de ruso no son de un nivel demasiado alto, está bien pero me gustaría un poco más aunque no me importa. Hablo ruso cada día con mis vecinas así que me compensa. Buscaré clases de gramática por mi cuenta. Tengo lectura, práctica de conversación, canciones rusas y lenguaje oficial (escribir textos formales). Lectura y canciones rusas me encantan. La profesora de canciones tiene una voz preciosa y toca la guitarra muy bien, las canciones que cantamos son muy bonitas y algunas bastante marchosas. Sin duda es la clase que más alumnos tiene. Una de las canciones que he aprendido que más me gusta es ésta, "Ne pogovorili" (No hablamos).


En Kazán hay bastante vida, por las calles del centro siempre hay gente y el tráfico es horrible. Ah, ¡el tráfico ruso! Esperar a que venga más gente para cruzar, ver que un semáforo en verde para peatones no significa absolutamente nada y esos cruces de cuatro calles en los que los coches pasan como les sale del higo. Y que todavía no haya visto ningún accidente, increíble. A lo mejor el sistema es éste y nosotros, pensando que es más eficaz lo nuestro. 





1 comentario:

  1. un tema musicalmente hablndo ,bonito,bonito (y la letra me la imaginaré,salvo q te de por traducirnosla)ya que el sonido de las palabras es muy melodico también

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