Mostrando entradas con la etiqueta Siberia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Siberia. Mostrar todas las entradas

martes, 25 de agosto de 2015

Irkutsk

Voy a copiar lo que puse en Facebook en su día: 
   Debe de haber algún espíritu que me conoce mejor que yo misma. Un espíritu que me llama para visitar lugares que sabe que me gustarán. Me pasó con Cracovia: la vi en un documental y supe que tenía que verla. Y me encantó. Me pasó con Montreal: estando en Canadá, tenía que ir aunque fuera un solo día. Y me encantó.   Hace fácil 7 años que quiero venir a Irkutsk, desde la primera vez que puse un pie en Rusia. Novosibirsk, Krasnoyarsk y cómo las describía Lonely Planet me hicieron bajar las expectativas con Irkutsk: quizás esta vez estuviera equivocada. Así que llegué aquí sin esperar gran cosa, sin leer mi guía y pensando que igual tendría que haber empezado en lo desconocido para ir acercándome luego hacia lo conocido.   Pero el espíritu de las ciudades nunca se equivoca porque Irkutsk empezó cayéndome bien (algo raro, ¿cómo puede una ciudad caer bien?) y en menos de media hora ya me había enamorado. Qué digo media hora, nada más salir del autobús que conecta el barrio en el que me quedo con el centro histórico. Y no bajé en el centro. Bajé en el mercado más grande que he visto nunca pero también el más ordenado, tranquilo y limpio.
   Di un paseo hasta el centro y, por fin, una ciudad de calles estrechas, con edificios bajos y casas de madera, de colorines. Una ciudad con gente por las calles. Gente alegre.
   Debí habérmelo imaginado: mi barrio está en construcción, hay edificios a medias pero ya tiene dos cafés en un país en el que no es tan fácil que haya cafés en los barrios que no son el mismo centro de la ciudad. Y entre mi barrio y el centro están el café Amigos, el Café Amistad y el Café Con los Amigos.
   Esta mañana pensé que tenía que haber organizado mejor el viaje porque todas las excursiones al Baikal o a las montañas son caras y hay que planificarlas. Ahora estoy encantada de saber que tengo más días para patearme esta ciudad y sus cafés.

Pero seré razonable: si lo único que has visto de Rusia es Moscú o San Petersburgo, puede que Irkutsk no sea gran cosa. Creo que he apreciado Irkutsk como se merece porque llevo un trote de Rusia que poca gente se da. Es mi ciudad favorita de todas las que he visto. 

Irkutsk es una ciudad pequeña, de unos 600 000 habitantes, centro comercial de su zona, con bastante tránsito de turistas y extranjeros y con una minoría buriata y asiática importante. Tiene un centro histórico muy grande, comparado con el resto de ciudades rusas que he visto. Sin ir más lejos, es mucho más grande que el centro histórico de Kazán y está mejor cuidado y conservado. Solo en las afueras hay bloques de pisos y rascacielos. En el centro, las casas más grandes tienen como mucho tres o cuatro plantas y aunque muchas son de piedra, muchas más son de madera. Y todas son de colores. 


Otra cosa que tiene Irkutsk que no tienen muchas es que las calles del centro son estrechas y no excesivamente largas. En Rusia, igual que en Norteamérica, hay espacio para construir y los distintos urbanistas soviéticos y contemporáneos han construido aprovechándolo, creando calles de tres y cuatro carriles en cada sentido de circulación y muy muy largas. A mí esa organización me agobia. Me gusta caminar y con calles así lo único que hay es coches y ruido. Pero en Irkutsk, no. El centro tiene ajetreo de personas en la calle pero menos coches porque no entran. 






Alquilé un piso para no tener que depender de anfitriones y de sus horarios pero quedé con un par de personas por Couchsurfing para ver la ciudad. Gente encantadora, alegre, simpática y muy dispuesta. Con uno de ellos, hicimos una excursión en bicicleta por los alrededores y la akademgorodok de Irkutsk (donde se crió ya que tanto su padre como su madre eran ingenieros). Con otra chica, fuimos al lago Baikal, donde vi todos los tonos de azul celeste que puede haber y respiré como nunca había respirado porque el aire junto al lago es muy puro y entra directamente a los pulmones. Gracias a la gente que conocí, pude vivir Irkutsk y no solo visitarlo.

Lago Baikal y gente dudando sobre si entrar o no.
Las montañas que se ven a lo lejos están a unos 40 kilómetros pero parece
mucho más cerca porque el aire es muy puro.

Yo, echándole huevos y metiéndome en el agua.
Está helada de cortar la circulación y no da para mucho más que un remojón.
Por otro lado, parece ser que la razón de que el agua esté tan limpia son unas bacterias que devoran todo lo que pillan. Todo, han hecho pruebas y acaban con lo que les pongan. No se pueden exportar porque necesitan unas condiciones de oxígeno y no sé qué más particulares y fuera del Baikal, mueren. (Según me contó mi compañero ciclista que le contaron en el Museo del Lago Baikal que está en Lubyanka). 
También fui sola a visitar el Museo al Aire Libre de Tal'tsy que tiene varias construcciones en madera de distintas etnias de la zona y distintas épocas (principalmente, finales del S. XIX y principios del XX). Tiene un pueblo entero de casas que se pueden visitar: la casa del cosaco, la del párroco, la del campesino, casas de buriatos, escuela, iglesia y ahora están construyendo una fortaleza militar. 

Cabaña de los nómadas de la zona
Reconstrucciones de los molinos en cadena que utilizaban los campesinos de la zona

Interior de una de las casas. Muchas casas de los pueblos siguen teniendo este ambiente
Por otro lado, desde que empecé a entrar en Siberia, observé más pescado en los menús de los restaurantes y de las casas. En Irkutsk el pescado recomendado por excelencia es el Omul' (cisco del Ártico, según Wikipedia) y se puede comprar ahumado o salado en el mercado o en las zonas costeras junto al Baikal, ahumado al momento. Me gustó bastante aunque prefiero el lucioperca (sudak) que probé en Perm'. La verdad es que viviendo en Kazán yo estaba intrigada por la falta de consumo de pescado en una ciudad que tiene dos ríos pero, como digo, según vas entrando en Siberia hay más variedades de pescado y es más fácil encontrarlo. 

Yo estoy muy contenta con mi visita a Irkutsk y mi mañana en el Baikal aunque, evidentemente se puede aprovechar más si lo que se quiere es naturaleza. Recomiendo mirar las excursiones y posibilidades de viaje en torno al Baikal con antelación: improvisar allí es difícil y caro. El lago es enorme y las montañas que lo rodean también así que hay que mirarlo todo bien. Por ejemplo, ir a la isla de Oljón, destino turístico por excelencia, tiene pinta de ser la bomba pero son unas 8 horas de viaje desde Irkutsk. Además, muchas veces hay un tren o un ferry al día (o incluso a la semana, según el destino), normalmente los lunes y los martes, con lo que habría que encontrar donde pasar la noche y volver al día siguiente. WayToRussia ofrece información bastante completa al respecto (y de otras ciudades también, por cierto) en inglés. 

 Y se me olvidaba: En Irkustk hace sol en invierno (otro punto más a su favor).

jueves, 20 de agosto de 2015

Krasnoyarsk

Krasnoyarsk resultó un poco lo opuesto de Novosibirsk: bonita y agradable de entrada, tiene poco que ofrecer y mis anfitriones eran majos pero sin más. 

Lo interesante de Krasnoyarsk es que es la puerta a las montañas rusas, algo que se agradece después de 4000 kilómetros de llanura o bosque o bosque en la llanura. No en vano Krasnoyarsk recibe su nombre de las colinas rojizas que la rodean (Krasnyi - rojo, Yar - barranco).

Tampoco sé a qué altitud está Krasnoyarsk pero sus montañas son más bien colinitas... salvo los famosos Stolby, que son una agradable excursión por el Parque Natural que está muy bien montada. Tiene una parte asfaltada que es el atajo y la ruta más fácil y asequible oooo la vereda campo a través por la que yo me perdí. En realidad, tampoco me perdí porque está planificada por el parque natural pero como estaba subiendo yo sola, dejé de ver a gente durante un rato, me rajé, me di la vuelta y en vez de subir 7 kilómetros, subí 12. No se lo deseo a mi peor enemigo, las agujetas me duraron una semana. 


Esto es la cima ya


Comparemos la primera foto y esta última. 
En la cima, hay varios recorridos pero lo que yo vi antes de que cayera el diluvio universal eran formaciones rocosas de caprichosas formas. Una especie de Ciudad Encantada de Cuenca en mitad de Rusia. Solo vi un par por lo de la lluvia y porque me temblaban las piernas y me quedaban 7 kilómetros de bajada. 

Al día siguiente, di suaves paseos por la ciudad evitando en todo caso escaleras y cuestas de bajada, algo relativamente fácil si te quedas por las calles del centro. También fui al cine y vi una película en 3D por el módico precio de 1'50 €. No sé si lo había dicho ya antes pero en Rusia tienen un muy buen sistema para el cine: según te acercas a las horas puntas es más caro. En torno a las 20 h, el cine cuesta a lo mejor 6 € pero si vas a las 16 h, puedes ir por la mitad. Además, este cine concretamente tiene el Día del Espectador los lunes y todas las películas cuestan 50 rublos (90 céntimos de Euro) en la matiné y 100 rublos (1'50 € o así) el resto del día. Tomad nota en España. 




El río Yeniséi. Hacer clic para ampliar
En cuanto a la ciudad en sí, como digo, es muy agradable y tiene unas excelentes vistas y paseos junto al río Yeniséi. Todo el centro está bastante bien restaurado y resulta colorido y alegre. Además, han tenido la buena idea de hacer muralitos en rincones inesperados. Todas las cajas de luz de los edificios del centro están decoradas y algunos pasadizos a los patios interiores de los edificios en sí también. 



Por cierto, aprovecho para decir que en Rusia el tema de los números de los edificios y casas es para conocerlo. Resulta que si se construyen tres o cuatro bloques de pisos en torno a un patio infantil/jardín/otro, todos esos bloques de pisos constituyen el mismo número. Es decir, el número 3 de la calle Lenin pueden ser cuatro edificios diferentes en torno a un patio. Después hay que mirar cuál es el portal (pod'ezd). Con lo que la dirección puede ser Calle Lenin número 3, portal 5. Y por si esto fuera poco, el número del piso no está relacionado con la planta en la que se sitúa. Los números de los pisos van del 1 al que sea empezando por el portal 1. Así que también pueden no decirte el portal porque con el piso basta para saber dónde vives. Ejemplo, en el portal 1, están los pisos del 1 al 50, el portal 2, del 51 al 100, y así. Con lo que el portal 5 puede tener los pisos del 200 al 250. En la primera planta estarán el 200, el 201, el 202 y el 203, por ejemplo. Así que, si te dicen que viven en el piso 223, puedes echar un cálculo rápido de "viven en la quinta planta o así" y que sea lo que un dios quiera. Además, las puertas a las casas rusas (y da igual si es casa-casa o bloque de pisos) están por detrás, no dan a la calle sino al patio interior. Ah, y Rusia es de esos países que llaman a la planta baja "primer piso" así que nuestro primer piso es su segundo y así sucesivamente. Suerte a los que no habláis ruso en vuestras búsquedas de alojamiento. 


martes, 18 de agosto de 2015

Novosibirsk

Mi guía de Lonely Planet decía que uno se podía saltar Novosibirsk del tirón y yo la ignoré porque tiende a decir eso con demasiada frecuencia y sabiendo que a mí me interesan cosas que no vienen en las guías de viaje, le di 2 días y medio de oportunidad. 

Dicho esto: Novosibirsk es una ciudad que llega a los 100 años por poco y como toda buena ciudad construida en el siglo XIX es industrial y gris, que sumado a la revolución soviética que tuvo lugar unos 20 años después de su fundación hace que sea funcional y fea porque donde las ciudades que tienen unos 400 años a lo mejor tienen un kremlin o un par de calles y catedrales antiguas, Novosibirsk tiene asfalto, bloques de granito gris y coches, muchos coches. A mí me resultó agobiante, aburrida y demasiado grande. Tengo pocas fotos que poner de ella porque había poco que fotografiar. 

Afortunadamente, di con unos anfitriones majísimos y que no sé muy bien cómo no se han buscado otra ciudad que les encaje más. A falta de una ciudad que pegue con una colorida pareja de artesanos cultos y alegres, tienen el mejor portal del año 2013 (no es coña, ganó ese premio). 

Hay que haber visto muchos portales rusos para apreciar el galardón.
La entrada al portal tiene decoración de fondo marino con pegatinas de peces y sirenas.
Parece una guardería
Dimos una vuelta por el centro y junto al río porque no hay mucho más que hacer en la ciudad pero al día siguiente fuimos a buscar un museo que mi anfitrión tenía ganas de ver, llamaron para reservar una visita guiada y todo pero cuando llegamos, no era el museo que pensaban. Era mejor

Y es que resulta que muchos intelectuales, artistas, científicos y demás cerebros rusos importantes se mudaron/fueron enviados a Siberia durante la Gran Guerra Patria. Novosibirsk tenía unos 4000 habitantes antes de la guerra y unos 2000 más que llegaron huyendo durante la guerra. Consecuencia de esto es Akademgorodok (ciudadela académica): una ciudad universitaria que tiene tamaño de ciudad y no de barrio en la que está lo mejor de lo mejor. En el caso de Novosibirsk: Física y Arqueología. 

Esta foto es de Google, no mía.

Este era el Museo Etnográfico de Siberia y del Lejano Este. En la zona de Novosibirsk y alrededores (entrando bien en Altái) hay restos humanos desde el paleolítico. Nuestra guía, una mujer que sabe muchísimo de lo suyo, nos fue enseñando y explicando cada sala. Empiezan con restos de flechas y cuchillos, una momia de hurón y algún trozo de joyas que, sin saber de arqueología, no parece gran cosa.




Pero la cosa va en aumento: cerámicas, lanzas, pendientes, colgantes,... de varios pueblos asiáticos y rusos porque como Siberia y Altái están entre Rusia y Asia, hay intercambios desde hace miles de años. 




El momento cumbre de la visita es la Momia de Altái. En una llanura de Altái encontraron dos tumbas, una con un hombre y otra con una mujer, ambos con tatuajes, ropa e instrumentos perfectamente conservados. Debido a la ubicación de las tumbas y a su construcción, el hielo cubrió los cuerpos y los conservó perfectamente hasta la actualidad. El hombre está en exposición y es la foto que más se encuentra por internet. No se podía fotografiar porque, por lo visto, la prensa y la gente que la ha ido fotografiando, ha ido añadiendo historias que no son del todo ciertas y eso a la guía no le gusta. 
La famosa Momia. Este es el hombre. Y la mujer de la derecha fue nuestra guía
Reconstrucción de la momia mujer y su ropa 

Ropa original de la momia mujer
Para terminar, después de una pequeña sala con restos de los tártaros que pasaron por allí, tienen una sala en la que reconstruyen un poco las casas, las vestimentas y los aperos de pueblos de la zona: rusos, mongoles, buriatos, tártaros... Muy interesante y muy completa. 

Restos de guerrero tártaro y su caballo tal y como los encontraron

Buriato-mongoles

Chaqueta hecha de piel de pescado

Rusos. Libros y muebles donados por los Antiguos Creyentes. Destacable porque los Antiguos Creyentes no suelen donar nada y viven bastante aislados. Véase a la izquierda la decoración con esvásticas tradicional rusa.
Nos salió redonda la visita al museo. 

Después de un rato de dudar sobre qué hacer después, fuimos al Mar de Obi a comer, que no es mar ninguno, es un embalse gigantesco en el que no se puede bañar ni hacer camping pero en el que la gente se baña y acampa. Hacía un viento del demonio y no lo disfrutamos bien pero lo pasamos bien. 


No hizo día de gazpacho
Luego, fuimos al Museo del Ferrocarril (o de las Locomotoras, que es una traducción más literal e incluye una palabra más molona). Tiene muchísimas locomotoras, vagones y todo tipo de medios de transporte por ferrocarril e incluso, una exhibición de coches antiguos. Algunos de los vagones y locomotoras se pueden visitar sin guía, para verlos todos hay que ir con guía y para las bodas, se permiten sesiones de fotos en el vagón del Zar (que nosotros vimos desde fuera). También muy interesante y agradable para pasar un rato por la tarde.

Y con esto y dos nuevos amigos, me fui a Krasnoyarsk. 


viernes, 14 de agosto de 2015

Tobolsk, Ishim y nothing in between

Igual es una rima un poco forzada esta del título pero tengo el cerebro ligeramente frito.




Dicho esto, Tobolsk: No tiene nada. Bueno, tiene un kremlin que es el único kremlin de piedra de Siberia, una obra de ingeniería de su tiempo según me han contado después pero así, de entrada, sin tener idea, un kremlin en una colina con vistas bonitas y poco más.



La estación de tren está muy lejos de la ciudad en sí que para ser tan pequeña en población (casi 100 000 habitantes), es muy muy extensa. Después de media hora en autobús, llegué al kremlin observando que la carretera estaba en muy buen estado y que todo parecía restaurado. Luego tardé otra media hora en encontrar el albergue porque, aunque estaba cerca, nadie conocía la calle. Un señor muy amable llamó a su hija por teléfono para que lo buscara por google y luego me acompañó hasta que encontramos el local. 

El albergue se llama Zvesdnoe Nebo y está muy bien, tiene un año, la dueña es un sol y éramos solo dos: un chico bashkir excesivamente atento y yo. Con él me fui a ver el kremlin al día siguiente con un clima pésimo de lluvia, viento y frío. Afortunadamente, es pequeño y tiene un montón de museos alrededor, así que en eso echamos la mañana. 

Traducciones Mi Kasa
Vimos la iglesia, el Museo del Comercio Siberiano, la antigua prisión y la Casa obispal que tiene tres plantas enormes de distintos museos. Resulta que los Romanov y parte de su corte pasaron por Tobolsk antes de que los mataran así que una planta entera es reconstrucción de su casa y de la casa de algunos de los cortesanos. No tengo fotos de nada porque pasé de pagar para hacer fotos... bueno, hice un par de fotos de estrangis pero no de lo que cabría esperar porque lo bonito tenía vigilancia. 


Dentro de la sala que mostraba cómo era un aula del siglo XIX. Los números rusos de antaño
La antigua prisión está muy bien restaurada e incluye un montón de información sobre su funcionamiento, los presos y las condiciones que tenía (como podemos imaginar, estupendísimas siendo una cárcel siberiana del siglo XIX). Efectivamente, aquí tenían a presos con trabajos forzados y también a algunos grandes escritores (que no estaban a trabajos forzados, centrémonos). A los presos los traían de donde fuera, cómo no, a pie y con grilletes, a un ritmo de unas 6-7 verstas al día (50 kilómetros o así), invierno o verano. Como también tenía cárcel para mujeres, los hijos que tuvieran tenían el privilegio de residir en ella o acabar en adopción. Todo bien, todo el rato. Estas son las dos fotos que hice cuando no miraban en la sala de visitas y no, no son del siglo XIX porque esta prisión la cerraron en 1989:


Mamá se preocupa en hacer esto / para que su hijito pueda vivir "mejor"
 Ayudándole, por cierto / a lograr un nuevo plazo
Observemos que en la botella pone 40 º (vodka) y que lo que parece jabón es marihuana.

Salió a pasear el muy cerdo / En seguida hubo paz en el lugar
Todos se hacen la misma pregunta / ¿Cómo puede el mundo tolerar algo así?

Y solo un breve comentario sobre la obra de ingeniería: el autor de la restauración del kremlin y de muchísimas cosas más (como la cartografía de media Rusia en el siglo XVII) es Semión Remezov. En el enlace no da mucho detalle pero por lo que me contaron mis anfitriones de Novosibirsk, era un hombre prácticamente analfabeto que se puso a estudiar solo y acabó siendo un cerebro importantísimo. Algunas de las ideas que puso en práctica para la refrigeración de la bodega del kremlin, por ejemplo, siguen resultando fascinantes a día de hoy y siguen funcionando. Si encuentro un enlace bueno que hable de él en inglés o algún otro idioma más asequible que el ruso, lo pondré por aquí. 

Ishim

Tuve la genial idea de partir el viaje entre Tobol'sk y Novosibirsk parando unas horitas en una ciudad (pueblo) que estaba en medio. Digamos que la idea está muy bien si no has vivido en Rusia, no has pisado un pueblo ruso en tu vida y tienes curiosidad por ver cómo viven unos 100 millones de personas en Rusia. En mi caso, fue una idea terrible porque me dejó rota de agotamiento. Ishim no tiene nada. Hizo muy buen día, eso sí, así que pude darme unos agradables paseos. Insisto: si no tienes la posibilidad que tuve yo de vivir en un pueblo ruso y tienes curiosidad, esta es una muy buena idea para saber lo qué es el silencio rural (absoluto), la arquitectura tradicional rusa y la vida de mucha gente. Hay un par de hotelillos y si no, seguramente se pueda encontrar a alguien que esté encantado de tener extranjeros en su casa. Lo bueno de esta idea, además, es que da igual que sea Ishim, Sarapul', Polovina (así se llama la ciudad que marca la mitad del ferrocarril transiberiano: Mitad) o Vagina (sí, existe).