miércoles, 15 de julio de 2015

Kazán (más largo)

Como de la ciudad, los cambios principales son los que mencioné antes, vamos ahora con algo un poco más personal: qué hice yo con mi vida los 4 días que estuve en Kazán. 

Como dije, los primeros dos estuve en casa de un amigo colombiano que no estaba pero que sí tenía de medio-okupa a un amigo ecuatoriano. Con él y con otro ecuatoriano salí esa noche, fuimos a ver un concierto en directo a un bar irlandés y se fueron rajando de salir más según avanzaba la noche. Pero a mí ya me habían animado así que yo lo di todo con el grupo que tocaba. No es que fueran la leche pero no estaban mal, tocaban versiones de canciones rock y pop internacionales y rusas pero a toda velocidad, en 15 minutos se ventilaban 6 u 8 y luego descanso. Nos íbamos a ir ya porque estos dos no daban de sí pero en la puerta nos interceptaron una madre y su hija porque la hija estaba casada con un ecuatoriano y nos oyeron hablar español. Conclusión: me quedé de fiesta con ellas. Y ¿dónde acabó la fiesta? Dónde si no, en el Cuba Libre. Musicalmente hablando sigue siendo el mismo pero habían inaugurado una terraza al aire libre. Allí me encontré con la ex de uno de mis ecuatorianos, una muchacha majísima que ahora se junta con algunos colombianos de la nueva remesa. 




Al día siguiente, me junté con mi querida amiga cubana que ahora está embarazada de 5 meses y después de ponernos al día de todo lo que ha pasado en nuestras vidas prácticamente desde que nacimos, nos juntamos con los ecuatorianos y unas amigas suyas rusas y salimos de fiesta again. 

Los días de paz vinieron después en casa de mi alumna. Vive en una casa de madera al final de la ciudad, junto al Volga. Tienen un jardín/huerto enorme, un perro que parece un lobo y un vecino simpático pero al que se le va la olla un poco. Tenía mucha gana de hablar conmigo pero me costaba entenderle. Por lo demás, su casa es la típica casa rusa que se ha construido por partes. En algún momento sus abuelos construyeron una cabaña con una habitación y un horno y según fue cambiando la familia le fueron pegando habitaciones. Este tipo de construcciones hace que las habitaciones de las casas tradicionales rusas estén a diferentes alturas y haya como escaloncitos por todas partes. También enmarca las puertas perfectamente ya que suelen estar sobreelevadas respecto de cualquiera de los demás suelos. Afortunadamente, decidieron construir el baño dentro de la casa aprovechando que sí hay canalización en la ciudad, una idea que no todos aceptan para las casas de madera haya canalización o no la haya. 





Por otro lado, quisiera destacar que la madre de mi alumna fue una super fan de Raphael en sus tiempos mozos. Para los que no lo sepan: esto es normal ya que Raphael lo petó muchísimo en la Rusia soviética. Fue de los primeros artistas internacionales que pudo entrar al país y también de los pocos (sino el único) a los que le prohibieron la entrada por los jaleos que montaban las fans cuando llegaba. La madre de mi alumna confesó que vio la película "Digan lo que digan" unas 8 o 9 veces, como todas sus amigas, y todavía recordaba las canciones. Como vivimos en el futuro y hay internet, le busqué los grandes éxitos de Raphael con vídeos de cuando joven y ella lo disfrutó muchísimo. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario